Diosa Afrodita Locumí
Oshun representa la intensidad de los sentimientos y la
espiritualidad, la sensualidad humana y lo relativo a ella, la delicadeza, la
finura, el amor y la feminidad. Es protectora de las gestantes y las
parturientas; se representa como una mujer bella, alegre, sonriente pero
interiormente es severa, sufrida y triste. Ella representa el rigor religioso y
simboliza el castigo implacable. Es la única que llega a donde está Olofin para
implorar por los seres de la tierra. En la naturaleza está simbolizada por los
ríos. Es la apetebí de Orunmila. Está relacionada con las joyas,
los adornos corporales y el dinero.
Es la diosa del río que lleva su nombre en Nigeria. Se dice que vivió en una cueva que aun existe y
se encuentra al norte hacia el río Nilo. es muy adorada en la ciudad de Osogbo,
por donde pasa su río donde tiene la mayor cantidad de creyentes. El nombre
Osogbo proviene de la unión de Oshun y Ogbo. En África su mensajero es el
cocodrilo. Sus seguidores llevan ofrendas al río y le piden sus favores.Oshun es la Orisha del agua dulce. Su nombre proviene del Yorùbá Osún. Salvó al mundo volando como un aura tiñosa (Ibú Kolé), especie de buitre. También habló con Olofin, cuando Olokun mando el diluvio. Fue Yemayá quien le dio la fortuna de que su casa fueran las aguas dulces. Pidió la intervención de las mujeres en el consejo de los Orishas.
En
el sincretismo se le compara con la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de
Cuba. Su número es el 5 y sus múltiplos. Su color es el amarillo en todas sus
tonalidades. Se saluda ¡Yalodde Yeyé Kari! ¡Yeyeo! ¡Omoriyeyeo!.
Ofrendas a Oshun.
A Oshun se le ofrenda su comida
predilecta Ochinchin, hecha a base de camarones, acelga, cebolla, ají,
escarola, aceite de oliva, vino blanco seco y huevos, palanquetas de gofio con
miel, miel de abejas, lechuga, escarola, acelga, arroz amarillo, tamales, harina
de maíz, ekó, ekrú, olelé con azafrán, dulces de todo tipo y frutos del río. Se
le inmolan chivo capón, gallinas, gallinas de Angola, palomas, jicotea, etc.
Sus Ewe son amor seco, anís, añil, bejuco carey, bejuco péndola, boniato,
bruja, calabaza, espinaca, canela, girasol, lechuga, acelga, malvaté, mango,
manzanilla, guamá da costa, perejil, hierba de la niña, vetiver, pringa
hermosa, hierba caimán, pomarrosa, geranio de olor, avellano de costa, melón de
castilla, chayote, grosella, hoja menuda.
Características
de los Omi Oshun.
Los hijos de Ochún son personas sumamente atractivas,
divertidas, simpáticas, coquetas, generosas y con mucho espíritu de superación.
Suelen gozar de buena posición social y poseer bienes materiales, pero aunque
carezcan de ellos siempre ofrecerán a los demás una imagen de calidad y
abundancia, siendo consumidores de productos costosos y elitistas, amantes del
lujo, las joyas, la ropa costosa y los perfumes. Aunque impulsivas, sensuales y
voluptuosas, siempre cuidarán las apariencias, procurando no contrariar con su
actitud la ética y moral de los demás, concediendo mucha importancia a la
opinión y consideraciones ajenas.
Patakies de Oshun
Oshun en sus esfuerzos de ayudar al mundo perdió su
fortuna. Luego de esto comenzó a lavar ropas en el río y las personas le
pagaban con monedas. Un día una moneda cayó al agua y la corriente llevó la
moneda al mar. Ella les rogó a Yemaya y a Olokun que le regresaran su última
moneda, porque era todo lo que tenía para pagarle comida a sus hijos. Los
dioses a los que ella les rogó oyeron sus plegarias y recogieron los grandes
océanos hasta que Oshun pudo ver las grandes riquezas en el fondo de los siete
mares. Pero Oshun, solo recogió aquella moneda que había perdido y regresó. Los
dioses no entendiendo por que ella había tomado aquella moneda y nada mas
dijeron: "Por tu honor y honestidad te damos partes de nuestras riquezas y
el río como tu casa, pero nunca más des todo lo que tienes".
Oshun salva al mundo.
Cuando Olofin creó el mundo, los cielos y la tierra se
comunicaban a través de la Ceiba. Pero los hombres defraudaron la confianza de
Olofin y este separó los cielos de la tierra. Desde el principio Olofin había
dado al hombre todo lo que necesitaban. Estos no cultivaban ni plantaban nada.
Ya que los hombres comenzaron a morir de hambre, Oshun, se transformó en tiñosa
y tomó una cesta llena de pan y guisantes y las llevo al cielo. Allí encontró a
Olofin hambriento y lo alimentó. Agradecido por la comida Olofin le preguntó a
Oshun que le pedía a cambio y entonces ella intercedió por la raza humana.
Olofin respondió que no podía hacer nada por aquellos que lo defraudaron pero
en agradecimiento de la comida, le señaló que a mitad entre el cielo y la
tierra vivía un hombre llamado Orisha oko quien cultivaba y guardaba sus
cosechas. Oshun llegó hasta donde vivía Orisha oko y tomó todo lo que pudo de
lo que el le ofreció proveniente de sus cosechas de cientos de años. Ella regresó
a la tierra y alimentó al mundo. Por este acto de generosidad la coronaron
reina.
La Protegida de Oshún
Oshún había acabado de dar a luz a los Ibeyis y su cuerpo
comenzó a perder la forma agradable y tersa que tanto gustaba a los hombres. Ya
su vientre no era aquel que tanto se disputaron los más apuestos varones. Se
pasaba los días mirándose en el espejo y no cesaba de llorar ni de buscar los
más disímiles remedios para recuperar la belleza perdida. Ensayó baños que le
recomendaron y se procuró yerbas de distintas procedencias y propiedades. Pero
todo resultaba inútil.
Al fin, se le ocurrió que comenzaría a aplanarse el
vientre con un objeto redondo y fue al bosque en busca de algún fruto que
tuviera el tamaño adecuado para ello.
Allí encontró la güira, pero tras varios días de uso, el
fruto empezó a secarse y las semillas que llevaba en su interior sonaban.
Aquello perturbaba tanto a la diosa que desistió de seguir usando un
instrumento tan molesto.
A los pocos días se puso a caminar y en un yerbazal cerca
de su casa encontró un fruto parecido a la güira pero amarillo, que es su color
preferido. Comenzó a frotarse el vientre con él y resultó de su agrado. Fue así
que, Calabaza, le sirvió a Oshún para recuperar la belleza de su figura y desde
entonces se convirtió en su protegida.
La Infidelidad de Oshún
Orula estaba casado con Yemayá, pero en una ocasión que
se encontraba en el campo buscando alguno de los ingredientes que necesitaba
para trabajar su Ifá, se encontró con Oshún. La hermosa mujer ejerció sobre él
un hechizo fulminante. Tras un rato de conversación, el adivino la invitó a
hacer el amor a lo que la mujer accedió gustosa.
–
¿Dónde vamos a ir? – dijo
Oshún con su voz dulcísima que envolvía a Orula – Aquí nos pueden ver.
Caminando, encontraron un pozo cuyo brocal estaba
cubierto por un calabazar muy tupido y el hombre decidió que aquél era el lugar
más apropiado.
Yemayá, que había salido al campo en busca de provisiones
para su hogar, pasó por allí cerca, vio aquellas apetitosas calabazas y se
acercó a tomar algunas. Oyó voces y comenzó a buscar de dónde provenían. No
tardó mucho la dueña de los océanos en descubrir la infidelidad que estaba
cometiendo su marido dentro de aquel pozo oculto.
–
Oshún – dijo Yemayá
indignada –, ¿tú que eres mi hermana?
La noticia corrió como pólvora. Todos los orishas
supieron de la aventura del viejo Orula con su cuñada.
Oshún, avergonzada, sufrió tanta pena que nunca más probó
una calabaza para no recordar aquel incidente.
Oshún y Majá
Oshún era la esposa de Ogún, el temible orisha del hierro
y las fraguas. Un día en que se sentía mal del estómago consultó al dilogún y
le salió que tenía que hacer rogación con ekú, eyá, epó, akukó y poner cuatro
trampas en su casa.
Sucede que Majá, que era hijo de Ogún, entraba todos los
días subrepticiamente a la casa, comía millo, y luego tomaba agua de la tinaja
de Oshún. Como Oshún tenía prohibido comer millo, al tomar del agua que Majá
contaminaba se había enfermado.
Aquel día Majá entró en la casa y luego de disfrutar del
banquete que había preparado Oshún, quiso salir por uno de los resquicios que
utilizaba con frecuencia. Pero como ahora estaba más gordo y Oshún había puesto
la trampa, no pudo salir.
Fue así como la dueña de la casa lo sorprendió y le
prohibió que volviera a entrar allí.
El Owó de Oshún
Oshún quiso saber cómo andaban las cosas en el mundo y
comenzó un recorrido. Lo primero que encontró fue que había gran pobreza. En
todas partes unos tenían mucho dinero y otros se morían de hambre. Compadecida
de los pobres, el corazón de la diosa se llenó de piedad y comenzó a regalar
dinero a los que encontraba. Todos los necesitados que resultaron favorecidos,
fueron al mercado a comprar ropas y comida. Los comerciantes desconfiaron de
aquel dinero, aparecido milagrosamente, y fueron a quejarse a Olofin. Olofin,
sin pensarlo, ordenó, con toda severidad, que la moneda de Oshún fuera la única
que tuviera validez en la tierra. Por eso se dice que Oshún es la dueña del owó
(dinero).