El orgullo de tener los guerreros en casa.


Recibir guerreros en nuestra religión resulta ser un paso importante, para muchos el primero que nos lleva a la meta, mientras que para otros resulta hacerlo por compromiso.  ¿Qué tan felices y comprometidos nos sentimos al iniciar este camino?


Por primera vez, Elegua Magazine publicará un post explicando mi experiencia.
Todo comenzó el 8 de noviembre del 2013, muchas dudas,  incertidumbre. Pensar en la palabra “Guerreros”, era como preocuparse en algo que jamás has visto. Un lugar que te recibe con los brazos abiertos y te hace sentir en familia. Caras desconocidas, un lenguaje que no entiendes nada. Ese momento era como estar en otro país, donde el único que habla español es uno.

Todos vestidos de blanco y de pronto salen unas personas del interior de la casa y dice. “Los que van a recibir pasen, la ceremonia va a comenzar”, en ese momento sentía que el corazón se me iba a salir por el pecho, las manos sudadas y mil preguntas en  mi cabeza, entre ellas, ¿Será qué éste es mi camino? ¿Seré un buen religioso? ¿Quién será mi ángel de la guarda? ¿Y si no me gusta? De pronto se acerca un señor alto, gordo, con una sonrisa y dice. “Muchachos bienvenidos, felicidades por dar el paso.”

Este mismo señor explicaba qué era la religión y lo que íbamos hacer en el proceso de los tres días de ceremonia, palabras que te llenan de fe, alegrías, y ganas de conocer un poco más. De esta manera inició esta experiencia.

Sin duda alguna, el momento más esperado por todos, es aquel donde pasas y por medio de una ceremonia secreta  te dicen quién es tu ángel de la guarda. Qué alegría saber quién es, que bonito se siente escuchar el nombre del santo que tanto le pides y que has llevado en tu corazón.
Para mi pasar y haber escuchado, “Tu ángel de la guarda es Elegua”, fueron las mejores palabras. De inmediato se llenaron mis ojos de brillos, de lágrimas, y mi corazón saltaba como nunca, era mi santo, con el que tanto hablaba día a día, al niño que tanto consentía.

Mi papá Elegua, como siempre le he dicho, es mi ángel de la guarda, no podía creerlo, haber esperado tanto tiempo, para escuchar lo que mi corazón me decía. Ya era una realidad, ya tengo mis guerreros.
Un año, pensamos que es mucho tiempo, que son muchos meses, ya son 365 días que viví esta experiencia y parece que fue ayer, ya entiendo por qué en esa casa me recibieron con los brazos abiertos y una gran sonrisa, ese señor gordo que nos recibió hoy en día es mi padrino, el que me acompaña y me da ánimos de seguir adelante, la casa hoy en día es mi templo, es una gran familia que te apoya y te aconseja en todo momento sin esperar nada a cambio.

12 meses con altos y bajos, con experiencias buenas y malas, nutriéndote cada día y logrando ser más humilde y seguir las recomendaciones de tus mayores. Un ángel de la guarda que me pone a pruebas diariamente pero nunca me deja caer, que me acompaña en las buenas y me defiende en las malas.
Si tuviese la oportunidad de vivir la experiencia nuevamente lo haría, recibir mis guerreros fue lo mejor que he hecho. En cuanto a Elegua, decir que estoy orgulloso se queda pequeño para describir lo que siente mi corazón al mencionarlo.  No hay palabras para decir lo que he vivido en un año y lo que me falta.

Gracias primeramente a Dios por acompañarme en todo momento, a mis padres por apoyarme y nunca obligarme hacer algo que no quiero, a mis mayores, Hernán S rojas, Mery Martínez, Akheem Rojas, Jhokselyn Valera, Raúl Rojas, Luzmila Sánchez, Hernán D Rojas, Jhonyer Smith, Omar Momar y todos los que me han regalado un consejo para continuar creciendo en este camino. A mi padre Elegua por escogerme, cuidarme y protegerme siempre, a mis egguns por estar a mi lado.
Iburú Iboya Ibosheshe… Kaferefun Elegbara todos los días de mi vida.


Hoy más que nunca amo mi religión.